Moscas volantes en la visión

La presencia de miodesopsias, coloquialmente llamadas moscas volantes, bichitos, ramas, madejas, pelusas… en nuestro campo de visión es algo que afecta a numerosísimas personas y que no siempre tiene por qué reflejar ninguna enfermedad. En muchos casos, estas imperfecciones de la visión no son más que pequeñas condensaciones, grumos, irregularidades, depósitos celulares o de proteínas que aparecen flotando en la gelatina que rellena el ojo (el humor vítreo) y que no traducen ninguna enfermedad. Son alteraciones que con el tiempo van apareciendo del mismo modo que en la piel aparecen arrugas, manchitas, o en el pelo canas. Son más visibles en situaciones de alto contraste visual, como mirando a un cielo despejado, sobre una pared blanca, un folio limpio o la pantalla de un ordenador. Pueden fluctuar con el tiempo haciéndose discreta y lentamente mayores o menores.

Sin embargo, estas “moscas volantes” no siempre son inocentes condensaciones sino que pueden traducir la presencia de otro proceso que sí puede amenazar nuestra visión. Pueden deberse a un desprendimiento de vítreo posterior, una vitritis (inflamación de esa gelatina que rellena el ojo, el humor vítreo) o una hemorragia intraocular. De estos tres cuadros, lo más frecuente es que sea un desprendimiento de vítreo posterior, que consiste en que esa gelatina de la que hablábamos deja de estar pegada a las paredes del ojo para quedarse hecha un grumo (por eso aumentan las moscas volantes cuando se produce este proceso) en el centro de la cavidad del ojo. En el momento y durante las 4 a 8 semanas siguientes a producirse ese despegamiento puede darse la circunstancia de que a consecuencia de ello la retina sufra tracciones o “tirones” en puntos en los que el vítreo está más anclado a la retina. Esos tirones suelen percibirse como fogonazos de luz, relámpagos o chispazos, de aparición predominantemente nocturna y asociado a movimientos de la cabeza y del ojo.  Su presencia sí que es un síntoma que nos debe hacer consultar a un médico oftalmólogo sin demora, pues las tracciones pueden dar lugar a desgarros en la retina (del mismo modo que una pegatina puede despegarse de un papel sin romperlo… o haciéndole un desgarrón cuando está muy pegada a ello), que a su vez pueden causar desprendimiento de retina, lo cual es una enfermedad grave que puede llevar a una severa pérdida de visión y que suele precisar tratamiento quirúrgico.

En definitiva, mientras que las pequeñas moscas volantes habituales, sin grandes cambios, no han de inquietarnos especialmente, la presencia de moscas volantes de nueva aparición, especialmente cuando es súbita, y más aún si se acompañan de visión de fogonazos de luz deben hacernos consultar sin demora a un médico oftalmólogo.